Capítulo 35

 

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—¿Cómo te fue?—

preguntó el duque cuando el carruaje comenzó a moverse, y Rieta pensó por un momento.

No estaba segura de cuánto debería revelar.

—Estuvo bien.—

Ella decidió ir con una respuesta moderada.

Odiaría molestar al Duque con una historia inútil y además, no creía que esto volviera a suceder, ya que ella había expresado su opinión.

"Si hubiera sido una princesa que fuera un poco más encantadora, o si no pudiera decir lo que pensaba, habría recibido la atención de mi padre..."

Rieta estaba un poco triste porque no fue lo suficientemente valiente como para decir: “Debes estar muy interesada en la educación de la familia real”.

Podría haberles cerrado la boca de una vez.

“Siento no haber podido ser de mucha ayuda, duque.”

Rieta miró al Duque sentado frente a ella.

Incluso ahora, solo miraba por la ventana con una expresión contundente.

"Una persona que no ha cambiado."

Rieta de repente tuvo ese pensamiento sobre él.

No se trataba solo de sus expresiones faciales.

Sería bueno que la gente de la capital pudiera respetar su "falta de cambio".

Sería bueno si también pudieran pensar que ella es encantadora.

—Princesa.—

El Duque habló en el idioma del Reino esta vez.

Como había estado hablando en imperial recientemente, Rieta respondió con sorpresa.

—¿Sí?—

—Como he dicho antes, eres diferente de la nobleza de la capital. No es algo que puedas ignorar en función de tu edad—.

—Pero.—

—No importa lo que el Rey Liz piense de ti. Voy a agarrarlo por el cuello- Ah, lo siento. Esta no es toda la opinión del Imperio. Es solo un ejemplo—.

El duque se sintió ligeramente exaltado.

No puede creer que esté hablando de retorcerle el cuello a ese hombre frente a un niño.

—...si no vuelve a abrir los ojos, de acuerdo con las reglas de sucesión, el trono pertenecerá a la Princesa.—

—P-pero, ¿y si mi padre ha hecho un testamento para entregar el trono a uno de mis hermanos?—

—No creo que sea alguien que haga eso hasta que llegue al final de su vida—.

ah, Supuso correctamente.

De hecho, el rey Liz no estaba tan interesado en Rieta como en sus dos hermanos menores.

La última carta mencionaba a los dos hermanos porque su crianza aún dependía del dinero del Reino.

Él va a estar pensando sólo en sí mismo todo el camino hasta el final de su vida.

Tal vez, les pedirá que le construyan una gran estatua.

—Entonces, no tienes que ser generosa con aquellos que no respetan tu dignidad, princesa—.

—…bueno, en cualquier caso.—

Rieta juntó ambas manos y preguntó con cuidado.

—¿Escuchó lo que pasó?—

—No necesito haber oído para decirlo —.

Lo que vio en su rostro y lo que sintió cuando la levantó fue suficiente.

Cómo su charla sin sentido había molestado a su protegida.

—Lamento haberte hecho pasar por eso—.

Estaba agradecido por la niña que había rechazado sus ofertas con palabras duras.

Es una niña dulce, por lo que no podría haber sido fácil para ella trazar una línea con alguien que nunca antes había conocido.

El duque creía que probablemente fue una elección que hizo después de pensarlo mucho.

—Eso no es algo para que el Duque se disculpe—.

—…Pero…—

—Creo que es bueno que el duque no haya cambiado. No es un defecto.—

—que hubiese cambiado…—.

Murmuró, desconfiado. De hecho, había tenido miedo de esto mismo durante mucho tiempo.

Tal vez fue porque era un idioma extranjero.

Era algo que el mundo a su alrededor no entendía.

—El momento no era el adecuado—.

Su expresión se volvió desesperada, muy probablemente por el recuerdo.

—Pero compartiste todo ese tiempo con una persona, ¿verdad?—

Esta vez, Rieta preguntó en imperial y él asintió. "Has aprendido una palabra difícil", pensó.

—Darrell dijo que es muy... romántico.—

—Eso es lo que diría un niño—.

—El duque es romántico.—

—Hay mucha gente que sabe mejor sobre el romance, princesa—.

El carruaje llegó a la mansión del duque justo a tiempo.

Rieta reunió su coraje para acercarse primero al duque. Parecía no querer empezar algo por sí mismo.

—El duque no debería caminar solo—.

Miró a la chica, que había puesto su pequeña mano sobre la suya, y se rió un poco.

Los dos regresaron tomados de la mano.

Justo cuando Darrell regresó, la familia se reunió para comer y beber té.

 

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[Traducción: Lizzielenka]