Capítulo 18 

❖❖❖

 

Rieta salió del bastidor con paso vacilante.

El duque que había estado esperando se acercó y, naturalmente, le preguntó en el idioma del reino:

—¿Hay algo que incomode?—

Quizás así fue como el Duque dominó el idioma del Reino antes de que Rieta pudiera aprender el idioma Imperial.

Con tales preocupaciones en su corazón, Rieta sonrió y respondió en un agradable lenguaje imperial.

—Es perfecto.—

—Genial.—

Asintió después de volver a revisar cuidadosamente el largo de las mangas y los pantalones de Rieta.

—Ahora puedes trepar a los árboles de forma segura—.

—¿Puedo?—

—Será mejor que lo hagas cuando seas joven. Si te caes de un árbol cuando eres mayor, tu período de tratamiento será más largo—.

Parecía que Rieta se iba a caer del árbol otra vez, así que negó con la cabeza.

—No me caeré.—

—Eso es muy bueno.—

Mientras el duque le ordenaba algunos pantalones más a Madame Emily, Rieta giró la cabeza y miró a Noel.

Contuvo su risa, golpeando sus pies juntos.

¿Fue tan gracioso? Ella pensó que estaba vestida muy sencillamente.

Se acercó a Rieta con un rostro suave y se inclinó exageradamente.

—Buen día. Sir Liz.—

—...¿Sir?—

Cuando Rieta preguntó, levantó la vista y se rió.

—Significa que te ves tan varonil como un caballero. estu…—

Intentó agregar "estúpido" como de costumbre, pero se detuvo después de mirar a su padre.

—¿Varonil?—

—Quiero decir, es sólo un poco. Sir Liz.—

Eso sonó como un cumplido, pero se sintió un poco molesta porque la expresión de Noel parecía burlarse de ella.

En serio.

En momentos como este, podía ver por qué la heroína dejó a Noel y se convirtió en un segundo protagonista masculino.

Trataba a la gente como bufones.

Rieta revoloteó de regreso al biombo.

La ropa que probaría esta vez eran vestidos color marfil.

Mientras Madame Emily abotonaba la espalda, Rieta se quedó mirando el dobladillo de encaje que flotaba cerca de sus tobillos.

"Parece trigo ondeando en el viento."

Era delicadamente bonito, balanceándose suavemente incluso con el más mínimo movimiento.

"Debo tener cuidado de no pisar el encaje..."

Tal vez fue por ese pensamiento, y después de ponerse la ropa, solo se deslizó sobre los dedos de los pies.

Sus ojos estaban solo en el borde de su falda.

El encaje asomaba por debajo del vestido con cada paso que daba.

Asegurándose de ser cautelosa, Rieta, sin saberlo, se hizo parecer aún más hermosa.

Incluso el contundente Duque estaba un poco asombrado en este momento, cuestionando el estado mental del Rey Liz.

Por supuesto, pensó que el Rey debe haber sido un loco.

Rieta era una niña cuya impresión cambiaba por completo con solo cambiarse de ropa. Si tuviera una hija así, le habría dado varios diseños y colores para que se probara y así su hija pudiera encontrar algo que le gustara más.

¿No estarían todos los padres orgullosos de sus hijos?

¿Por qué solo se vestía con ropa gastada, incluso siendo miembro de la familia real?

Por supuesto, cuando se puso el vestido, sus sirvientes admiraron la ternura de Rieta.

—Madam Emily, ¿qué más trajo consigo?—

Madam rápidamente abrió otra bolsa llena de accesorios cuando el Duque le pidió.

Lo primero que me recomendó fue un sombrero en miniatura.

—Ella puede usar una pequeña joya que coincida con el color de sus ojos. Si lo colocas ligeramente en un ángulo como este... Oh, ella es linda. Pareces una princesa de un cuento de hadas.—

Pronto, hubo un segundo candidato, una cinta.

—Está hecho de la misma tela que este vestido. Si lo cuelgas en tu cabello, míralo. Es bastante elegante, ¿no?—

El duque asintió. No podía creer cómo su presencia cambiaba solo a través de sus accesorios para el cabello.

Entendió un poco por qué el emperador elogió a Madame Emily. Era una de las que obtenía los máximos resultados con cambios mínimos, una estilista realmente genial.

—Esto es un préstamo del joyero Marion—.

Lo siguiente que sacó fue nada menos que una pequeña tiara.

A las damas aristocráticas ordinarias no se les permitía usarlo.

Por supuesto, Rieta estaba exenta de esto. Ella era descendiente de una familia real en nombre y sangre. Había justificación más que suficiente para usar una tiara.

—Es bonito y pequeño, pero elegante a pesar de todo. De hecho, Marion me hizo traer esto.—

A Emily no le gustaba recomendar productos que no había hecho ella misma. Aún así, Rieta se veía increíble con la tiara brillante en la cabeza.

 

❖❖❖

 

[Traducción: Lizzielenka]