Maestra, ¿Debería tragarmelo?

Capítulo 48

Epílogo 2

¡Estallido!

Cuando agarró a Elise y la empujó dentro de la habitación, la puerta se cerró con un fuerte ruido. Por otra parte, hubo un silencio sofocante.

Benji la agarró de la muñeca y su respiración se aceleraba. Su vasto pecho fluctuante y volátil hacía que su túnica blanca se hinchara precariamente como si estuviera a punto de explotar.

Nunca había estado tan enojado en su vida. Miró a Elise, luchando por tragarse la bola de fuego que se estremecía como si su corazón estuviera a punto de estallar. Parecía que iba a devorar a Elise entera en cualquier momento.

Los ojos azules de Elise miraron a Benji sin vacilar. Su mirada tranquila parecía preguntar cuál era el problema mientras apretaba los dientes.

'Volviendo descaradamente a la gente de esta manera'.

Inconscientemente, apretó con más fuerza la mano que sostenía a Elise. Fue entonces cuando su fina frente se arrugó.

"¿Qué estás haciendo?"

Elise torció su brazo y lo sacudió. Mientras sentía las emociones que impregnaban esos pequeños movimientos, el estado de ánimo de Benji se hundió en un abismo sin fin. Era como si se hubiera convertido en un gusano.

Sintiéndose aún más sucio, agarró las delgadas muñecas de Elise con aún más fuerza. Luego empujó la parte superior de su cuerpo sobre la cama con un movimiento como una bestia que conduce a su presa a un rincón.

Su cabello dorado estaba esparcido por la cama. Los ojos azules de Elise se volvieron redondos. Benji le arrancó el vestido.

Incluso en el momento en que sintió que estaba a punto de morir de ira, se sintió patético por detenerse por un momento ante el hecho de que era el vestido favorito de Elise. Pero el pensamiento de cómo estaba vestida tan bonita y pronunció tanta mierda hizo que su agarre se apretara. Y en el momento en que trató de quitarle la ropa interior—

Quítame las manos de encima.

Una voz fría y tenue emanó del cuerpo inmóvil. En un instante, sintió un escalofrío en lo más profundo de su corazón. Era una sensación bestial de peligro.

'Esta bien. No es una orden.

Benji suspiró profundamente y se puso de pie. Sus ojos llenos de ira fría fueron forjados como una hoja fea y afilada.

Verlo por primera vez podría ser intimidante, pero Elise solo frunció el ceño un poco más. Se levantó y se sentó en la cama, revelando solo su disgusto como si presenciara algo patético. Con solo su ropa interior puesta, estaba muy relajada.

Soy tan fácil de convencer.

Fue un resultado natural. Mientras tanto, ella estaba intrépidamente ocupada moviendo su cola*. [t1v: también conocido como coquetear/seducir/como un zorro moviendo la cola, como una dama 'foxy']

'Así que no es de extrañar que estés hablando de esa mierda. Sin miedo.'

Pensó que podría estar equivocado. Tal vez su cordura lo abandonó mientras comía—si no, ¿cómo podía ella decir algo tan desgarrador con esa linda boca? Así que tuvo que verificar dos veces.

"Elise Barbier. Dilo otra vez."

"Me voy a acostar con otra persona".

'Bien. Ese sonido loco. No lo escuché mal. Ojalá no te pidiera que lo repitieras de nuevo.

Benji cerró los ojos con un largo suspiro. Quería fingir que no escuchó.

Elise fijó su mirada como si se estuviera riendo de Benji y escupió cada letra con fuerza. Como si le dijera que escuchara con atención, surgió la urgencia de morder sus pequeños labios, que se movían cruelmente lentos. En un instante, la sangre hirviendo volvió a crear un tinnitus agudo.

"¿Qué demonios te pasa?"

Sí. Ella es una mujer que tiene la habilidad de volver loca a la gente de muchas maneras. Ella había estado actuando rara durante los últimos días; no podía creer que ella hubiera estado pensando en una cosa tan estúpida.

Cada vez que ella lo miraba y parpadeaba con sus redondos ojos azules de muñeca, el sonido sordo de sus dientes rechinando interrumpía el silencio que los rodeaba.

“¿Escuché que todos en Faustino son así?”

"Mierda. ¿Quién?"

Sus ojos estaban a punto de rodar hacia atrás con furia. ¿Cómo se atreve alguien a decir tal cosa?

Los ojos de Benji rápidamente se llenaron de locura mientras trataba de adivinar qué bastardo loco le había dicho tal cosa. Si los encontraba, les cortaría la cabeza y los colgaría fuera de las puertas durante tres días y tres noches, tal vez le arrojarían algunas piedras...

"¿Por que importa?"

Por un segundo, su voz brusca lo arrastró de vuelta a la realidad.

No era raro tener una concubina en Faustino, independientemente del género. Así que no importaba quién lo dijera. Todo el mundo se jactaba de ello, así que era algo de lo que ella estaba obligada a enterarse...

'No, ya debes haberlo sabido'.

Ella simplemente no lo mencionó mientras tanto. Pero Benji necesitaba desesperadamente un lugar para descargar esta ira ahora.

Malditos bastardos en celo. En este punto, la ley necesita ser revisada por completo. No podrás hablar de tu amante o de un amante. ¿Dónde te atreverás a ser promiscuo?