Capítulo 24

Bosque Salvaje - Novela

07/19/2023

Capítulo 24



Enya se quedó sin palabras ante esa imprudente confianza.

 

—Y en lo personal, realmente me gusta Aguilea. Es grande, espaciosa y tiene todas las comodidades que uno podría desear. Todo gracias a Tarhan. Tal vez las manos de ese hombre realmente tienen vida propia. Es admirado incluso en Perugia. ¿Dónde demonios aprendió a hacer tantas cosas…?

 

Enya solo se mordió los labios sintiéndose como la tonta más grande de este mundo.

 

El shock era tanto que no pudo pensar en cómo contestar, por lo que no tuvo más remedio que recibir todas las dagas que Avisak lanzaba mostrando una sonrisa.

 

Por supuesto, Avisak tenía razón. Tarhan contaba con muchas habilidades las cuales ella misma no sabía dónde las había aprendido. 

 

Desde cosas muy simples como construir una casa o cazar, hasta hacer un artilugio que dé la hora, cómo perforar un pozo, crear un medio de transporte como una carreta tirada por bueyes, e incluso tejer todo tipo de cosas. No había nada que Tarhan no pudiera hacer.

 

Avisak continuó en un tono confiado.

 

—Después de la próxima guerra contra Argon, crearé un futuro en el que no me arrepentiré de haberme casado con Aguilea. Aguilea y Perugia prosperarán juntas. Las mujeres que vinieron conmigo seguirán siendo consideradas leyendas en este lugar. Me casaré con Tarhan y salvaré a las Grandes Llanuras de esta crisis y haré de esta tierra la más próspera… Tarhan es un hombre que cuenta con lo necesario para conseguirlo.

 

Enya ejerció presión sobre sus temblorosos brazos mientras observaba a Avisak. Nunca antes había visto a una mujer con aspiraciones tan audaces.

 

—Y-Yo…

 

Desafortunadamente, las palabras se atoraron en su garganta, tartamudeando como una estúpida. Si hubiese estado de pie, estaba segura que habría retrocedido inconscientemente frente a Avisak.

 

Enya había pensado por un momento que esta mujer podría ser amable y considerada… casi se sintió aliviada. Sin embargo, nunca imaginó que Avisak sería una mujer que diría causalmente palabras tan crueles mientras le ofrecía una sonrisa.

 

Sobre todo, le sorprendió el que no pudiera entender todo lo que decía.

 

—¿Qué quieres decir…? ¿Una guerra con Argon…?

 

Argon era el nombre de la región desértica que bordeaba las Grandes Llanuras de Perugia y Aguilea. Un lugar donde vivía un fuerte clan que deambulaba por Garganta, la guarnición de un enorme monstruo conocido como la Víbora del Agujero.

 

Avisak leyó el horror en el rostro de Enya y soltó una carcajada..

 

—¡Ja ja! No te preocupes demasiado por eso Enya. ¿Crees que echaría a Enya de este lugar? No soy tan cruel a diferencia de mi padre. En Perugia tenemos la costumbre de tratar de evitar el derramamiento de sangre tanto como sea posible... Como sabes Enya, Perugia, el lugar de donde vengo, tiene un sistema de matrimonio y de concubinas. Voy a hacer la vista gorda a Tarhan teniendo a Enya como su concubina. Antes de la unión entre Perugia y Aguilea, lo primero que le sugirió mi padre a Tarhan fue que se casara conmigo y viniera a Perugia como yerno. Si tuviera una mujer o niños a los que consideraba podía traerlos consigo en cualquier momento. Pensó que al ofrecerle ese tipo de generosidad Tarhan aceptaría sin problema. Sean hombres o mujeres, las personas fuertes y poderosas pueden tener concubinas. Por supuesto, Tarhan se negó incluso antes de escuchar todo lo que se le ofrecía…

 

—E-Espera. Espera un momento…

 

Enya parpadeó, incapaz de seguir el ritmo de sus palabras.

 

—¿...Unión entre Perugia y Aguilea?

 

Enya estuvo muy confundida después de escuchar las palabras de Avisak. Su mente era un caos. Aparentemente, fue por la falta de mujeres en Aguilea que muchas de estas fueron traídas de Perugia. Al menos eso era lo que le había dicho Tarhan.

 

Reuniendo la información que sabía, Enya continuó.  

 

—Perugia… Aguilea los salvó de una escasez de alimentos, por lo que a cambio, decidieron enviar a las jóvenes que desearan mudarse a Aguilea… Eso es lo que yo sabía.

 

Ante las palabras de Enya, Avisak parpadeó con sus grandes ojos marrón oscuro. Preguntó mientras miraba a Enya.

 

—¿Enya todavía no sabe que las dieciséis tribus de las Grandes Llanuras, incluidas Aguilea y Perugia, han decidido unirse en la próxima guerra contra el desierto de Argon?

 

Enya trató de no mostrar sorpresa, pero no pudo evitarlo. No sabía de qué rayos estaba hablando Avisak.

 

Mientras sus pupilas temblaban, Avisak la miró con una expresión ligeramente desconcertada.

 

En ese momento, se escuchó otra conmoción fuera de la cabaña. 

 

Podía escuchar vagamente a las mujeres de Perugia que habían venido con Avisak gritando algo en su propio dialecto. El clamor de las mujeres fue bloqueado por el sonido de pasos pesados, y pronto la entrada, que había sido cerrada herméticamente con una tela extendida como cortina, fue alzada en un instante.  

 

Enya casi gritó cuando vio a Tarhan de pie en la entrada con una severa expresión. Eventualmente, sus ojos se abrieron con gran sorpresa cuando vio a Enya frente a Avisak en la pequeña cabaña. Cruzando a grandes zancadas con esas largas piernas, se situó frente a Enya en un instante. 

 

Luego, con una gran postura amenazante y situado frente a ella como para protegerla , gritó a una aturdida Avisak.

 

—¿Estás loca...? ¡¿Por qué viniste aquí?!

 

Cuando su gran espalda quedó frente a ella, Enya no pudo creer que las lágrimas brotaran de sus ojos. Se mordió el interior de la boca lo suficientemente fuerte como para sangrar. No quería derramar lágrimas frente a Avisak, nunca.

 

La abierta hostilidad de Tarhan era tan intimidante que incluso el confiado rostro de Avisak palideció en un instante. Aún así, pronto calmó sus temblorosos ojos y respondió con un repentino cambio de tono.

 

—Estuve insistiendo, pero no parecías dispuesto a aceptar mi solicitud. Si no hacía esto, estaba segura que nunca vería ni un mechón de su cabello, así que vine en persona.

 

Avisak sonrió ante la mirada amenazadora de Tarhan, a pesar de que este ser más grande que el hombre promedio.

 

—No pretendías seguir ocultando a esta mujer, ¿verdad? Como ya aceptaste unirte a mi tribu, pensé que no podríamos encontrar un vínculo más fuerte que nuestro matrimonio.

 

Ella agregó mientras miraba a la pequeña mujer escondida detrás del gran cuerpo de Tarhan, como si estuviera realmente sorprendida.

 

—…Sin embargo, habría pensado que alguien con un fuerte impulso como tú ya le habría hablado de ello. Eso fue grosero de mi parte.

 

La espalda de Tarhan, que cubría completamente a Enya, subía y bajaba abruptamente. Respiró hondo y habló con una voz que dejaba en claro estaba reprimiendo su ira.

 

—¿Es que acaso no sabes es de mala educación irrumpir en la casa de alguien para armar un escándalo? Hasta donde yo sé, en Perugia no existe una ley que permita adentrarse en la casa de otra persona y amenazar a su esposa.

 

Ante esas palabras, las cejas de Avisak se elevaron de inmediato.

 

—¿Esposa? ¿Esposa de quién? Aguilea es una tribu sin un sistema legal de matrimonio.

 

Aunque Enya no podía verlo, podía decir por la nerviosa expresión de Avisak que los ojos de Tarhan lanzaron chispas en ese instante. Entonces, éste se acercó un paso más a ella y habló amenazadoramente con una voz que salía desde lo más profundo de su garganta.

 

—Me parece que fue tu lado quien exigió enérgicamente que continuáramos con las costumbres nupciales de Perugia mientras insistían en ser estrictamente monógamos y enfatizaban la importancia de una mujer que da a luz hijos de un solo hombre.

 

Podía sentir a Tarhan empujando su última decencia al límite al hablar con Avisak, masticando letra por letra.

 

—Para alguien que dijo que si no adoptabamos la cultura nupcial en Aguilea, no podrían darnos a sus mujeres, y mucho menos unir nuestras tribus, parece que no tienes suficiente respeto por mi esposa.

 

Al escuchar esas palabras, ojos marrones lo miraron con claridad.

 

—Esa fue la condición que mi padre impuso desde el principio para hacernos de Tarhan. Debe haber sido un gran shock que rechazaras tan abruptamente la solicitud de tomarme como tu esposa.

 

Avisak añadió, echando hacia atrás su cabello rojizo.

 

—Por supuesto, admitiré que me ofendí. No estoy acostumbrada a que me rechacen.

 

Enya nunca podría atreverse a decir algo así. Si Avisak hubiera sido una mujer aguileña, más pretendientes le habrían construido una casa que a Ruhan.

 

Continuó con una sonrisa descarada.

 

—Pero como dije, vine  hasta aquí para concluir que nadie podría llamarse tu esposa según los estándares de Aguilea. También escuché algo interesante. Una mujer no puede exigir ningún derecho de un hombre solo por vivir juntos, ¿verdad?

 

Sus ojos se volvieron maliciosamente hacia Enya. Entonces Tarhan gruñó mientras rechinaba los dientes y tiraba de Enya escondida detrás de él. En un instante, esta no pudo evitar encontrarse entre sus brazos.

 

—Entonces no habrá problema. Olvídate de esa conclusión a la que has llegado. Esta mujer ya ha dado a luz a mi hijo. Si el matrimonio del que hablas se establece cuando hay hijos de por medio, entonces esta persona ha sido mi esposa desde hace años.

 

Los ojos de Avisak se agrandaron ligeramente ante esa repentina afirmación.

 

Al mismo tiempo, Enya bajó la cabeza al escuchar esas palabras. No tenía la confianza para mostrar una expresión distorsionada.

 

Tarhan, al ver la expresión de Avisak contorsionarse, habló en un tono más respetuoso. 

 

Sin embargo, no había rastro de cortesía en su mirada.

 

—También fue con esta persona en mente que acepté adoptar el sistema matrimonial en primer lugar. Así que, por favor, sal de mi casa ahora Avisak. No importa cuánto representes a Perugia, no toleraré más insultos a mi hogar.

 

Los ojos de Avisak temblaron. Poco después, murmuró mientras dirigía su mirada hacia ambos. 

 

—...Así es como son las cosas.

 

Su mirada volvió hacia Enya.

 

Al final, Avisak habló con una dulce sonrisa, lo que hizo que Enya se sorprendiera. Lucía tal como la primera vez que la vio.

 

—Sin embargo, mientras permanezca en Aguilea debido a la guerra con Argon, sepan que mis sentimientos por Tarhan no cambiarán.

 

Avisak, que se había acercado a ellos antes de darse cuenta, agregó con una sonrisa.

 

—Si cambian de opinión, vengan a verme cuando quieran.

 

Su voz era condescendiente, como si estuviera siendo benevolente. Tarhan murmuró mientras tiraba del brazo que sostenía a Enya más cerca.

 

—Eso no sucederá.







Traducción: Claire

 

Capítulo 24

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